miércoles, 28 de marzo de 2012

Oído en una sauna.

Esta mañana he sido testigo mudo de una conversación que, en cierta forma, permite comprender el porqué de algunas de las cosas curiosas que suceden en Andalucía. Éramos cuatro los que, en la penumbra de la cabina, estábamos sentados, casi hombro con hombro, gozando del dudoso placer de sudar. La puerta se abrió y otro aspirante a disfrutar de las delicias nórdicas se incorporó al grupo.
̶ Buenos días. Hombre, Antonio. No te esperaba aquí.
̶ Hola. Aquí me tienes. Hoy he venido más tarde.
̶ Esta mañana he visto en el periódico el dinero que le van a dar a tu pueblo.
̶ ¿El dinero que le van a dar a mi pueblo? ¿En qué periódico?
–No sé si es el dinero que le van a dar o el que han pedido. Viene una lista de pueblos en el Diario de Sevilla.
–No lo he visto. Me imagino que ahora que han pasado las elecciones a mi pueblo le van a dar tela de dinero.
–¿Ahora que han pasado las elecciones?
–Claro. Ten en cuenta que mi pueblo es de Izquierda Unida y que ahora, junto con el PSOE, Izquierda Unida tiene mayoría absoluta. Ya te puedes imaginar que a cambio han debido exigir que la Junta les dé a sus pueblos por lo menos el mismo dinero que a los pueblos del PSOE. Ahora el dinero no nos va a faltar.
Desgraciadamente tan jugoso dialogo se desvió del asunto de los dineros y, al centrarse en la última victoria del Real Madrid, perdió su interés para mí.
El centro deportivo, de propiedad municipal, lo frecuentan gentes de distintos los niveles económicos y culturales, pero predominan los que podríamos llamar trabajadores urbanos de nivel medio bajo. Los protagonistas de la conversación rondaban los treinta años, cinco arriba o cinco abajo, y yo diría que cuadraban perfectamente con el modelo predominante de andaluz urbanita
Los pormenores de la conversación han seguido rondando por mi mente al regresar a casa y no he podido resistir la tentación de sentarme ante el ordenador y abrir el escritorio del blog. Lo absurdo y la candorosa  inmoralidad que revelaban mis vecinos de sauna me había dejado perplejo.
“Mi pueblo es de Izquierda Unida”. Así, tal como suena. No decía “el alcalde de mi pueblo es de Izquierda Unida”, ni tampoco “en mi pueblo gobierna I.U”. No. Su pueblo es de Izquierda Unida. Seguramente la afirmación corresponde a la verdad y el pueblo es de Izquierda Unida. Pueblo de  Izquierda Unida en una relación de adhesión incondicional de la gente del pueblo al partido, adhesión a la cual el alcalde y los concejales de Izquierda Unida corresponden con el enraizado convencimiento de ser los amos del pueblo. No sé el nombre del pueblo en cuestión, pero hay muchos en Andalucía propiedad de los partidos; Véase, a título de ejemplo, el pueblo gobernado por el increíble Sánchez Gordillo.
Sin ningún rubor nuestro amigo declara: "...han debido exigir que la Junta les dé el mismo dinero que a los pueblos del PSOE". Al parecer, encuentra natural que Izquierda Unida "venda" su apoyo  al PSOE por "más dinero para sus pueblos". Pero hay que reconocer que el hombre no está muy lejos de la verdad: En Andalucía y en otras muchas zonas de España la financiación de los ayuntamientos puede depender de las "afinidades políticas".
Pero lo más triste es que la conversación revela un enorme desconocimiento o un terrible indiferencia por la situación económica del país. 
En Andalucía -y en otros muchos lugares- todavía son muchos los que creen que solamente puede faltar el dinero público "a los otros".

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