viernes, 27 de enero de 2012

Las buenas intenciones del lehendakari.

Creo que las últimas noticias sobre ETA, sobre las declaraciones del presidente del gobierno vasco y las del famosísimo grupo de "mediadores internacionales" ponen de relieve la actualidad de la entrada que en su día titulé "El síndrome Austriaco".

Ahora, cuando todos queremos creer en el final del terrorismo de ETA y en un futuro sin víctimas ni victimarios, llega el momento de mirar hacia atrás, sin ira pero sin ceguera, para intentar comprender el pasado y presente de la sociedad vasca y para poder entrever su futuro. Quizás el hecho que más llama la atención en el comportamiento de los dirigentes políticos que ostentan la representación de la mayor parte de la población de las tres provincias sea el afán de crear un caldo común en el que todos los que deberían sentir vergüenza por sus actos: asesinos, cómplices de los asesinos, jaleadores de los asesinos, indiferentes ante los asesinos; se unan a los muertos, a los mutilados, a los heridos, a los amenazados, a los expulsados, a los insultados; para formar la nueva categoría de "víctimas de la violencia". Esa categoría se extiende como una gigantesca ameba y poco a poco va englobando a la totalidad de la sociedad vasca. ¡Todos los vascos han sido víctimas de la violencia! afirman con perseverancia los dirigentes del PNV, del PSE, de Ezker Batua y de esos otros que se llaman a sí mismo abertzales. Las almas bienintencionadas posiblemente los crean al considerar que, de una o de otra forma, cincuenta años de monstruoso terrorismo han debido afectar a todos. Eso es cierto. Pero ¡ojo! ¡No nos confundamos! Ese victimismo colectivo que se postula con tanta insistencia es solamente un intento de cubrir el pasado con una muy conveniente amnesia. El País Vasco se prepara para adoptar "el síndrome austriaco" como única manera de lograr que una buena parte de sus habitantes puedan mirarse al espejo sin sentirse indignos.

Desde la derrota de Alemania en 1945 los austriacos prefieren no hablar de la guerra, y en caso de tener que hacerlo ponen por delante, de forma unánime, la condición de "primera víctima del nazismo" que, en la declaración de Moscú de 1943, los aliados concedieron al país a cambio de su futura neutralidad y del compromiso de entregar a la justicia los criminales de guerra. Si hubiésemos de creer lo que cuentan los austriacos, los únicos responsables de lo acontecido durante la guerra fueron los nazis alemanes que controlaron el país desde su anexión al Reich, y ellos fueron solamente víctimas. Los pacíficos habitantes del país alpino prefieren olvidar que la anexión al Reich se hizo con la colaboración de un poderoso partido nazi austriaco, que las tropas alemanas no encontraron la menor resistencia cuando ocuparon el país, que la mayor parte de la población austriaca aceptó la anexión sin problemas y que muchos fueron los que colaboraron, y los demás callaron, en la persecución, deportación y exterminio de judíos, de gitanos, de comunistas y de cuantos sufrieron el anatema nazi. Lo más triste es que esa interpretación farisea de la historia ha llegado a convertirse en dogma de fe para el común del pueblo austriaco.

No hemos de tardar mucho en ver como únicamente se escuchan en España las voces infatuadas que proclaman a todos los vientos que lo acontecido fuera y dentro del País Vasco fue culpa del conflicto político causado por la sinrazón de España y Francia y que el pueblo vasco solamente ha sido la gran víctima. Se obviarán los cientos de asesinatos de ETA, se potenciará el eclipse de los que sufrieron el terror en sus carnes, se negarán las cosechas de nueces del PNV, se silenciará cualquier alusión a la repugnante cobardía de los que vieron impasibles como se perseguía y se asesinaba a sus vecinos. En esa confortable visión del pasado, que se extiende como una mancha de aceite dentro y fuera de las vascongadas, solamente existirán las "víctimas de la violencia" y si alguno se atreviese a preguntar por el destino de los verdugos se le acusará de boicotear la paz. ¿La paz de los cementerios?

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