lunes, 22 de agosto de 2011

Los dineros para el papa.

Las Jornadas Mundiales de la Juventud, que acaban de terminar en Madrid, han dado lugar a una  catarata de informaciones y comentarios, a favor muchos de ellos y en contra otros tantos.  El leivmotiv de la mayor parte de las opiniones adversas al acontecimiento ha sido y sigue siendo el costo económico de los actos. Muchas voces han clamado contra el empleo de dinero público en las actividades de una organización privada que solamente interesan a una minoría de la población. Indudablemente la Iglesia Católica es un organización de derecho privado, al igual que otras muchas:  la Unión General de Trabajadores,  las Confederaciones de Empresarios, el Partido Socialista Obrero Español, el Partido Popular, Comisiones Obreras, el Barcelona Club de Futbol. el Real Madrid, la Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, etc.etc. Todas ellas reciben dinero público, directamente o provocando gastos en sus actividades. Creo que el desideratum de muchos está en un mundo en el que las subvenciones solamente se encuentren en la memoria. Pero las subvenciones siguen proliferando hoy y sin duda proliferarán aún más en el futuro. Lo que me ocupa en esta entrada no es tanto el dilema "Subvenciones sí. Subvenciones no" sino el clamor magníficamente orquestado contra un determinado gasto, que los organizadores niegan, mientras los escandalosos dispendios, con los muchas organizaciones públicas y privadas nos regalan cada día, solamente parecen merecer el silencio, cuando no el apoyo, de nuestros hipercríticos descontentos. Pero la cosa es mucho más comprensible  si estudiamos las pancartas de algunos de los que han protestado o si leemos entre líneas sus declaraciones.  Un anticlericalismo decimonónico se esconde en la utilización sesgada y falaz del los términos "laico" y "aconfesional" para negarle a los católicos del país el pan y la sal. Quien esto escribe se encaja a si mismo en el agnosticismo y el laicismo más exigente, laicismo que no puede pretender borrar los mil hechos culturales derivados de la historia católica de España en favor de una absurda "multiculturalidad" .

1 comentario:

  1. Circula por ahí un chiste que dice lo siguiente:
    Un viejecito con su gato en brazos contempla plácidamente la tele y le dice al gato: -Oye, Nicolás, ese vaquero está majareta. Pues no está hablando con su caballo...

    En las subvenciones el asunto es de un cinismo escandaloso. Los mimados, perdón indignados, del sindicato, del partido... etc. se quejan con razón de que las subvenciones vayan a otros bolsillos. Naturaca.

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